lunes, 10 de noviembre de 2008

Lugares que no he de conocer

Cada vez que conozco gente, me interesa de sobremanera el hecho que me muestren el mundo que han visto, los lugares que han visitado, que sintieron al hablar con sus habitantes o como se veía una puesta de sol.
A su vez me he encontrado hablando de mis lugares favoritos, simples, sin gran elegancia, con una pasión que muchas veces ha hecho sonar a alguien.
De las promesas de amantes que mas recuerdo, de las que mas duelen por cierto, esta la de visitar los lugares que para la otra persona han sido importantes.
Es así como nunca veré un amanecer en el atlántico, mojando mis pies en una playa de arena rubia, por la que hace cientos de años cabalgo El Cid, o ver con dolor inmenso, como nunca he de visitar los grandes glaciares, las laderas cubiertas de cipreses, y a la distancia, ver un oso, o comer lo pescado por la tarde cocinado en una fogata bajo la estrella polar.
Cuanto duele los lugares que no he de visitar, cuanto mundo perdido.
Y como extraño cada vez que visito mis propios senderos, el mostrar una roca, un pájaro, a quien se lo he prometido.
Los atardeceres, entonces, se convierten en la culpa de quien no puede compartir el mayor tesoro del mundo.

1 comentario:

  1. Holassssss!!!

    pasaba a saludar y decir que hay una tarea para ti en mi blog!

    BEsines ^^


    aunque tu religión no te lo permita :P

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