jueves, 17 de febrero de 2011

Los amores de estudiante

Caminaba una tarde de octubre por el centro de Rancagua. Tenía por ese entonces casi dieciséis, y me dirigía a reunirme con algunos compañeros en la Plaza de los Héroes. Casi llegando al lugar, por las galerías de calle German Riesco, veo una niña rubia, hermosa, y de pronto me traslado a los nueve años, cuarto básico. Por aquel entonces, estaba en una pequeño colegio de calle Baquedano. En mi curso éramos unos cuarenta alumnos, mixto. Se destacaba de todo el grupo una niña a la cual le dedicaba mi profunda y secreta admiración, por no decir amor. Ojos verdes, una sonrisa angelical, compuesta, elegante. Sobresalía del resto de la clase por eso y esos cabellos dorados como de princesa de cuento. Un dia , recuerdo, jugábamos en el recreo a pillarse, hombres contra mujeres. Yo tenia por ese entonces poco talento en los deportes, aunque era de los buenos alumnos del curso, y caso curioso, aun conservaba algo del cabello rubio con el que nací. Fuera de eso, era gordito y sin mucho carisma. Pero en ese juego, sucedió algo maravilloso: ella corrió y me atrapo (o tal vez yo me deje atrapar?). el punto es que yo rebosaba de felicidad! lo siguiente que recuerdo era, por supuesto, tratar de safarse de su presa, y con el esfuerzo, chocar a toda velocidad contra un poste metálico, cabeza contra poste, sonido de campanas, ver estrellitas, pero a su vez, no sentir nada de puro contento. obviamente ella se preocupo, y sin soltarme- ya me había pillado- espero que me recuperara.
No recuerdo alguna otra interacción, salvo el morirme de verguenza cuando alguien nombro los "rubios" y un compañero hizo la rápida asociación entre ella y yo. me ruboricé, era como si alguien hubiese descubierto mi secreto!
Pasaron los años, y con mi amigo de esos años, pasábamos por fuera de su casa, tratando de ver si asomaba por una ventana o algo. pero no la vi hasta esa tarde de octubre, a los quince, casi dieciséis.
Camine a un costado de este grupo de chicas, donde ella destacaba aun con sus ojos verdes, su sonrisa y su cabellera de princesa. Una de las niñas me dice :"me regalas 10 pesos?", a lo que rápidamente respondí : "disculpa, no tengo...". y continué caminado, preguntándome si mi añorada princesa se acordaba de mi, si! del gordito que se pego de cabeza contra el poste!.. di un par de pasos mas, cuando escucho la voz de la princesa : "Flavio!..".
No recuerdo bien que paso, que cara puse. Solo se que di la vuelta, como hechizado, la enfrente y me dice : "tienes diez pesos que me des?". Mecanicamente busqué en mi bolsillo, y saque diez de los treinta pesos que tenia para el pasaje de vuelta a mi casa. se los pase, recibí las gracias, di la media vuelta y no reaccione hasta que cruce la calle. Me sentía pésimo! Como me había dejado engatusar así?
Recuerdo que me costo mucho encontrar alguien que me prestara el resto del dinero de la micro, y seguía con los sentimientos encontrados de que ella se acordara de mi, y de que a su vez cual gitana me hubiese quitado el 30% de mi dinero!
Pasaron los años y la volví a ver, ya cerca de los 19 años, y seguía guapa, pero no me llamó mayormente la atención: estaba de dependiente de un pequeño local en el centro de la ciudad, algo sin mucho estilo. Si la veía , la saludaba.
Pasaron los años, me fui de Rancagua y no he vuelto a vivir ahí en casi 18 años. Pero hace poco, entre el aburrimiento y la conexión a internet disponible, me propuse encontrarla: mas de alguna red social o google podría darme una pista, no? La encontré, la vi, recorrí las historias del juego de pillarse y de los diez pesos que aun me debe. La vi, casada, con un tipo que me parece haber visto, o tal vez no. La vi con un pequeñito rubiecito y de ojos claros. La vi a ella, con el pelo mas oscuro, las huellas del tiempo al costado de los ojos, pero la misma sonrisa de princesa.

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