Llevo casi cinco meses viviendo en la gran ciudad.
He pasado un invierno menos frio , pero mas solitario que otros. No me he enfermado como antes, pero animo flaquea y la primavera tarda en llegar.
Tentado a hacer cosas contra los firmes propositos de mi venida y caido en alguna de esas tentaciones, miro con un poco de miedo como me triaciono, como retomo caminos.
Debo recordarme cada cinco minutos el tumbo que llevo y que en realidad busco salvar de mi pasado.
Holden - Ce que je suis
Hace unos años, cuando hervia en mi el afan de entender y filosofar, cuando llevaba un diario y escribia lo que pensaba, lo que esperaba, mis dudas y mis certezas. En aquel tiempo decidi cortar por lo sano y cada vez que la vida me diera un quiebre, desahcerme del equipaje y viajar liviano habria de ser la premisa.
Media vida despues, veo como esos asomos de pragmatica rigidez solo funcionan a veces.
En los ultimos dias he echado en falta la conversacion inteligente de mi familia, de Mariandrea o de Daniel. Extraño con especial intensidad el conversar de musica. Pero no tan solo de bandas y canciones, sino de los sentimientos que evocan. De como se visulaiza en el aire la historia, los sentimientos que genera una melodia.
Eso echo en falta.
Y el invierno ha sido largo sin alguien que replique mis ideas, sin alguien que plante nuevas y discuta mis puntos de vista.
De hecho, la gran cuidad solo ha mostrado paranoia y desconfianza, unidos a una soledad que se extiende por los kilometros de asfalto que la tapizan.
Ha sido un duro invierno.
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