martes, 25 de marzo de 2008

Luces de la gran ciudad (xiv y FIN)

Eran morenos y de ojos dorados
reflejo de mi mismo?


Parafraseando a Bradbury, ya lejos de los canales del viejo y oxidado marte, me encontre recorriendo una de las calles de la city.
De pronto, entre ofertas de temporada, uniformes escolares, vendedores ambulantes y pinguinos (no tan pinguinos como antes), vbi algo curioso, reflejado en una vitrina:

Vi un santiaguino, un habitante de esta city...
... y me vi...
Al final, el reflejo de la vitrina me mostró la profunda transformación que sufrí y la que sufrieron todos los que corren día a día por la cuidad. Me transforme, como los marcianos de Bradbury reflejados en el agua cristalina del canal, en una santiaguino mas, reflejado en una vitrina limpiada sin mucha pasión, recortado entre letreros de ofertas y reflejos de micros.

Fin de Luces de la gran cuidad.

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