lunes, 24 de diciembre de 2007

Luces de la gran cuidad (XII)

Cuando la cuidad duerme

Reconozco que esta cuidad tiene encanto.
Este encanto no se encuentra en los malls atestados de gente, ni en las micros (ya no tan suicidas), ni en el caminar sicotico de sus habitantes.
El encanto de santiago reside cuando por fin encuentra la paz. Cuando la mega metropoli descansa y nadie huevea (tanto) , que hasta me gusta.
Y eso me preocupa. que sto me termine gustando, que ya no extrane los cerros y el mar, que ya siginifiquen dos horas de viaje y no un momento de relajo. Cuando por fin olvide los nombres de las calles, o los lugares ya no sean los mismos, como me ha pasado con rancagua, pasara como con los marcianos de Bradbury, ya sere otro marciano y no recordare mi vieja tierra.
Comienzo a olvidar, que no estan dificil.
Comienzo a perder la definicion de aquellas imagenes, aun quedan gustos, y esta cuidad que me hace un nicho, no ayuda demasiado.
Largo verano aun, pero comodo. Me gusta el verano, o al menos no siginifica tanta abulia, dolor o tristeza como antes.
Porque cambie, eso es todo.


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1 comentario:

  1. ayer andaba por la alameda y no había nadie... es bonito ver la ciudad así...pero sabes qué? no es tan malo ser un marciano más, además que nunca te podrás convertir en un marciano completamente. Yo ya olvidé los nombres de las calles y ya no hecho tanto de menos el mar, pero cuando vuelvo a Viña y voy bajando en el bus y aparece el mar y la ciudad y la playa, siempre me llena la nostalgia y lloro de pena mezclada con un poco de felicidad. Mientras eso ocurra, nunca dejaré de ser viñamarina.

    Felices fiestas!

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